Esta fiestas tiene su origen en la época colonial y están relacionadas con la llamada Fiesta de Corpus de la Iglesia del Carmen Alto, templo que las Carmelitas construyeron en las faldas de un cerro al que los zapotecas habían llamado de la Bella Vista. Se permitía al pueblo hacer un festejo laico, a partir del lunes siguiente al 16 de Julio y a los ocho días siguientes -consecuente con el culto religioso-, se repetía en la Octava, era una verbena popular desde entonces conocida como «Lunes del Cerro» y su repetición «Octava del Lunes del Cerro».
A estas festividades, pronto se agregó el entusiasmo de los indígenas residentes en los pueblos que circundaban la ciudad, particularmente los de «Guaxaca», que era la capital del Marquesado del Valle concedido a Hernán Cortés por el rey de España, y el Xochimilco, que había sido fundado en 1521, por órdenes del propio Hernán Cortés, al norte de la mencionada ciudad. Ellos, mantenían sus propias tradiciones, segun las cuáles, celebraban una festividad dedicada a Centéotl, diosa del maíz tierno o elote, a quien hacían grandes honores y ofrendas.
La inevitable interrelación entre los grupos y el empeño de los evangelizadores para hacer aceptable la imposición de los ritos católicos, hizo posible el fomento de un culto en el que se incorporaron elementos de la tradición indígena, haciendo más festivos y espectaculares los actos litúrgicos externos, desde el momento en que indios, negros y españoles empezaron a convivir más intensamente.
Las festividades en honor a la Virgen del Carmen Alto dieron origen a las «Fiestas de los Lunes del Cerro»
Hacia el año 1696 los primeros pobladores españoles de la ciudad establecieron sitios para el culto cristiano. La ermita sustituyó al gran Teocalli de Huaxyacac, donde la ciudad indígena celebraba, cada mes de julio, la gran Fiesta de los Señores en la que se realizaba el sacrificio de una doncella en honor a Centeótl, Diosa del Maíz y la Agricultura. (+) INFO
Homenaje Racial
En 1932 siendo Gobernador Francisco López Cortés, la capital del Estado celebraba 400 años de haber sido elevada al rango de «Ciudad». Con ese motivo, el gobierno organizó una seria de festejos para conmemorar tan importante acontecimiento. Muchos cronistas ya desaparecidos han narrado lo grandioso y espectacular que resultaron los festejos, con reinas, madrinas y delegaciones de las Siete regiones étnico-linguísticas de Oaxaca. En 1932 no se realizó propiamente una «Guelaguetza», sino un espectácular evento que se denominó «Homenaje Racial», ya que los pueblos de Oaxaca, vinieron a rendir homenaje a la anterior Villa de Antequera (la capital) y le trajeron ofrendas (presentes, dádivas o regalos) que en zapoteca se llama «Guelaguetza».
La gran fiesta se celebró en la Rotonda de las Azucenas del Cerro del Fortín, pero se aprovecho la veradera y auténtica fiesta tradicional de Oaxaca, el «Lunes del Cerro», como escenario para el Homenaje Racial que contó con la presencia del presidente Abelardo Rodríguez.
El término Guelaguetza se empezó a utilizar en los años cincuenta del siglo XX, dado el impacto que causó ver a las delegaciones con indumentaria y repartiendo productos típicos entre el público que asistió.
En que fecha se debe realizar
Como cada año, el «Lunes del Cerro» y su «Octava» se deben celebrar «religiosamente el lunes después de la fiesta de la Virgen del Carmen (si cae en 18, fecha en que se conmemora la muerte de Don Benito Juárez, se recorre.)
En la actualidad el «Lunes del Cerro» dejo de ser una fiesta local, y se ha convertido en lo que llamamos las Fiestas de la Guelaguetza o Fiestas de Julio en Oaxaca, mismas que han trascendido la Ciudad y el estado, convirtiéndose en un festival internacional de gran prestigio.
¡Ven y vive la Guelaguetza con nosotros!